En Felicidad que permanece, Bert Hellinger nos conmueve de nuevo apuntando hacia un lugar en el que por mediaci—n del esp’ritu, la felicidad que tanto anhelamos se vuelve sencilla, asequible y luminosa para todos.
Con su proverbial sabidur’a, Hellinger nos ense–a a profundizar en nuestras relaciones humanas para que la felicidad dure en lugar de quebrarse ante la primera dificultad que se presente.