La budeidad, la iluminaci—n o el despertar significan lo mismo. Y se alcanzan cuando uno llega a la frecuencia o al estado de paz y calma en su mente, en su coraz—n, en su cuerpo y en su esp’ritu. Es justo el punto en el que uno consigue olvidarse de s’ mismo y acceder a la nada y atravesarla para encontrarse en el todo. All’ se fusiona con la luz del amor incondicional. En ese momento sabe que forma parte de un todo y se siente Çen casaÈ. A partir de ese instante nada es igual. Ya se ha convertido de nuevo en su ni–o interior, en la inocencia pura. Ya ha logrado la comprensi—n de la vida. Solo sabe que hay que vivir y despreocuparse de todo.