ÀA quŽ esperamos para convertirnos en la persona que siempre quisimos ser? ÀPor quŽ nos demoramos tanto en reaccionar? ÀCu‡n a menudo en ese proceso nos escondemos tras la m‡scara de rostros que no son nuestros? Desde los primeros a–os escolares, se nos ense–a a escucharlo todo y a todos salvo a nosotros mismos, a tomar prestadas de otros las pautas de la existencia. De ni–os nos envuelven las expectativas ajenas y nuestro verdadero ser se diluye como un pu–ado de sal en el agua. Sin darnos cuenta, vamos abandonando por el camino nuestros maravillosos regalos de nacimiento.