Imagine tu vida, sin que la toque para nada la angustia. ÀQuŽ tal si la fe, no el temor, fuera tu reacci—n instintiva a las amenazas? Si pudieras sostener un im‡n detector de temores sobre tu coraz—n y extraer cada indicio de miedo, inseguridad o duda, ÀquŽ quedar’a? Visualiza un d’a, s—lo un d’a, en el que pudieras confiar m‡s y temer menos.
ÀPuedes imaginarte una vida sin temor?