Puedo manipular las emociones de cualquiera que me lo permita.
Les hago sufrir, les hago llorar, les hago re’r y suspirar.
Pero a Žl mis palabras no le afectan. Sobre todo cuando le suplico que se vaya.
Siempre est‡ ah’, observ‡ndome y esperando.
Y yo no soy capaz de apartar la mirada.