Hay quien piensa que rezar es un acto de ignorancia; hay quien reza sin saber por quŽ; hay quien aun debe descubrir que la oraci—n puede curar el c‡ncer, evitar accidentes, hacer que los paral’ticos recuperen las piernas, salvar las empresas de la quiebra, enriquecerse materialmente, rehacer los matrimonios perdidos, acabar con las depresiones, encontrar soluciones desconocidas y generar energ’as jam‡s imaginadas.