Las historias del emperador Carlomagno constituyen una fuente imaginativa que sirvi— de inspiraci—n en la literatura popular a ambos lados de los pirineos. Tras una fracasada campa–a contra los moros en Espa–a, el emperador se retiraba de la pen’nsula cuando, entre los pasos angostos de los Pirineos, su retaguardia es atacada por unos guerrilleros vascos que mataron a muchos caballeros franceses y luego se dispersaron por las monta–as, dejando entre los muertos a un conde francŽs de nombre Rold‡n.