Los h‡bitos acerca del dinero son la clave de la riqueza. Sorprendentemente, millones de personas trabajan d’a tras d’a para ganar algo que no saben c—mo administrar pero s’ c—mo gastar. La mayor’a sufre por el mal manejo de deudas contra’das y por un avasallante numero de tarjetas de crŽdito que dan un sentido aparente de liquidez pero son terreno fŽrtil para las v’ctimas del consumo emocional, con el subsecuente deterioro de la econom’a del tarjetahabiente, que s—lo contribuye, con esa actitud, a enriquecer la vida de otros.