Un d’a de principios de oto–o de 2002, la luz de una peque–a y rec—ndita librer’a de la plaza del Rialto de Sevilla se apag—, sin ruido ni apenas despedidas, definitivamente. Su fundadora hab’a empezado a vender libros diez a–os antes en otras librer’as, donde aprendi— muchas cosas, adem‡s de su oficio. En la sucesi—n de vivencias que conforman estas deliciosas memorias parciales, Rubiano comparte con los lectores la insobornable vocaci—n que le llev— a establecerse como librera en una esquina del mapa. Y lo hace con humor y con c‡ndida sinceridad, porque salvo la satisfacci—n de trabajar entre libros y lectores entendemos desde el principio que nada es como hab’a so–ado y que en el oficio no faltan tormentas, marejadas y amargas decepciones. Pero tambiŽn hay, afortunadamente, momentos delirantes, impagables lecciones y grandes alegr’as. Ante todo, la val’a de estas p‡ginas, que el lector recorrer‡ entre la carcajada libre y la m‡s profunda empat’a, reside en la vitalidad y el personal’simo estilo con el que Rubiano nos habla de su particular devoci—n por los libros y de c—mo uno puede llegar a arriesgar cualquier seguridad por perseguir un sue–o. ÇRialto, 11 es una victoria indiscutible: una victoria del humor dickensiano, de la melancol’a y del amor a los buenos libros.È Eduardo Jord‡ ÇBelŽn Rubiano ha escrito una desternillante cr—nica sobre este solitario oficio. Lo vamos a recomendar mucho.È Lola Larumbe (Librer’a Alberti) ÇLas librer’as como la de BelŽn son reductos de “masa madre” literaria, con historias que van tomando forma a fuerza de cafŽ y complicidad. Pero para que estas historias se vuelvan literatura que se disfruta, se necesita gracia, ingenio e inteligencia y todo ello est‡ aqu’.È Cecilia Picœn (Librer’o de la Plata)