Cuando dos intrusos entran a robar en casa del juez Roberts, no pueden sospechar que se encontrar‡n con un mayordomo muy especial. La joven y hermosa Sarah Stevens, encargada del confort y la seguridad del juez, los reduce sin apenas despeinarse. Pero su peque–a haza–a no pasa inadvertida: la televisi—n se hace eco del suceso, y un hombre poderoso y peligrosamente obsesivo decide que esa mujer ha de ser suya, aunque para conseguirlo tenga que recurrir al asesinato. Los cr’menes se suceden y Sarah ve tambalearse su tranquila y ordenada vida: no solo est‡ en peligro mortal, sino que, adem‡s, se convierte ella misma en sospechosa.