La piel de los habitantes de Saintstone es un libro abierto: cada acontecimiento importante se convierte en un tatuaje que los acompa–a para siempre, les recuerda lo que los enorgullece, pero tambiŽn lo que los avergŸeza y desear’an olvidar. Pocos poseen el don para interpretar la historia detr‡s de cada dibujo y Leora Flint es una de las privilegiadas. Est‡ destinada a convertirse en lectora de tatuajes, pero reniega de ello pues su gran sue–o es ser tatuadora: una c—mplice en los grandes momentos de la vida de los otros y no una dura juez de sus acciones.