Los libros lo saben todo de quien los escribe, leerlos es igual que leerle la mano a su autor.este, sin ir m‡s lejos, sabe que Rayden es tan h‡bil con las palabras como un lanzador de cuchillos y que en su opini—n la poes’a consiste en que por ella no pase de largo lo que pasa en la calle; tambiŽn nos recuerda que la iron’a es la aristocracia del humor y que no hay destino comparable al de encontrar quien nos diga: ÒÁQuŽ triste es ser feliz / si no es contigo!Ó Sus versos buscan pelea y han elegido bando: el tuyo. Puedes fiarte de ellos.