Oscar Wilde puso demasiada dedicaci—n en realizar versos con frases perfectamente articuladas. Trat— de encontrar belleza en las cosas triviales. Adem‡s de ser un gran dramaturgo, se desarroll— como un deslumbrante narrador, sirvan como prueba estos once cuentos, cuya mezcla de emociones resulta exquisita. En El fantasma de Canterville, tal vez el m‡s famoso de sus relatos, Wilde nos habla con un gran sentido del humor,