Hay personas que nos marcan para siempre: al narrador de esta novela le dej— una huella indeleble su maestra Elizabeth Finch. Neil, el narrador, es un hombre de mediana edad al que no le ha ido demasiado bien ni en lo personal ni en lo profesional. Si hay algo que recuerda con entusiasmo son las clases de Cultura y Civilizaci—n que recibi— de una profesora excepcional: Elizabeth Finch. Inteligente e inalcanzable, llena de elegancia, esta mujer admiradora del mundo cl‡sico consideraba que el mundo hab’a tomado el camino equivocado el d’a en que el Imperio romano decidi— abrazar el monote’smo cristiano. Por eso su hŽroe era el œltimo emperador pagano: Juliano el Ap—stata.Cuando dej— de ser su alumno, Neil mantuvo el contacto con Elizabeth, y com’an juntos peri—dicamente. Ahora la maestra admirada ha muerto, y su antiguo disc’pulo emprende una doble tarea: escribir un ensayo sobre Juliano a partir de las notas y preguntas que ella dej—, e indagar en la biograf’a de esa mujer enigm‡tica a travŽs de los cuadernos que le ha legado y del testimonio que le brinda su hermano, tan diferente a ella.ÀQuiŽn fue en realidad la elusiva y fascinante Elizabeth Finch? ÀQuŽ misterios escond’a su personalidad? ÀD—nde termina la admiraci—n y empieza el amor? ÀQuŽ podemos aprender de la historia y la cultura? ÀQuŽ es lo que da sentido a nuestras vidas? Jugando una vez m‡s con los gŽneros y sus l’mites, Julian Barnes ha escrito una novela que es tambiŽn una elucubraci—n filos—fica y una reconstrucci—n biogr‡fica a travŽs de la cual homenajea, de forma m‡s o menos velada, a una querid’sima amiga, una escritora inglesa fallecida hace unos a–os.