CONDESAS DE LA GESTAPO, LAS - CYRIL EDER - DL01398

Q79

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¿De qué trata?

Durante la ocupaci—n alemana de Par’s, hubo gente que vivi— como si la ciudad fuera una fiesta. Entre ella, mujeres codiciosas y ex—ticas que, sin escrœpulos, disfrutaron de una vida 'glamorosa' a costa del dinero, la libertad e incluso la vida de otros. En realidad, participaron de un mundo de tr‡ficos y complicidades sustentado en la cobard’a de los hombres del lugar y los favores del ocupante. La mayor’a de esas historias termin— en pesadilla. Algunas de esas mujeres eran rusas, como la condesa Tchernycheff, mannequin y actriz de cine, protegida del siniestro Lafont, el jefe de la Gestapo francesa, y amante de oficiales alemanes influyentes. Otras eran griegas, como la princesa Mourousi, lesbiana y morfin—mana, que robaba el mobiliario de los jud’os perseguidos. Otras, como la marquesa de San Carlos, franquista de la primera hora, delataba a los refugiados republicanos a su amiga ’ntima, la condesa Seckendorff. Esta era, a su vez, una doble agente de nacionalidad austr’aca, conocida con el nombre de Mercedes, que consigui— eludir milagrosamente la justicia francesa, y se reacomod— cas‡ndose con un par de Escocia. La reciente apertura de los archivos judiciales en Francia permiti— al autor acceder a informaci—n inŽdita y completar un relato escalofriante acerca de las vidas extravagantes de esas mujeres apodadas, en la posguerra, 'condesas de la Gestapo'. Fueron flores venenosas que brillaron fugazmente, pero cuyo embriagador perfume todav’a hoy nos perturba, conmociona e incomoda.