Pueden ser antrop—sofos quienes sienten determinadas cuestiones sobre la esencia del hombre y del mundo como una necesidad tan vital como la que se siente cuando tenemos hambre y sed": con estas palabras Rudolf Steiner pon’a bien alta la barrera de entrada a quienes desearan iniciarse en la disciplina, con un nivel de exig encia similar al de las antiguas religiones mistŽricas. Steiner defend’a que toda religi—n es v‡lida y verdadera en el tiempo y contexto cultural en el que nace, y que las formas hist—ricas del cristianismo necesitan ser transformadas considerablemente en nuestro tiempo para acompa–ar la evoluci—n de la humanidad.