En cada una de sus vi–etas de efecto lapidario, en los trazos de su estilo, en los vuelos de su ingenio y en la oportuna agudeza de su erudici—n aparece el narrador impecable que fue Juan JosŽ Arreola (1918-2001). Sus p‡ginas conjugan su pasi—n por el ensayo breve y el poema en prosa.