Desde el primer momento en que conoc’ a Gideon Cross, reconoc’ algo enel que yo necesitaba. Algo que no pod’a resistir. TambiŽn vi el alma peligrosa y da–ada que llevaba por dentro... un alma tan similar a la m’a. Me sent’ atra’da. Los necesitaba con la misma intensidad con la que necesitaba el latido de mi coraz—n.