Algo huele a podrido en la ciudad... literalmente. La f‡brica de pintura apesta a varios kil—metros de distancia, y las autoridades no hacen nada por impedirlo. Cuando los animales del r’o empiezan a morir, Arman y sus amigos se ponen manos a la obra para desenmascarar a los responsables. Son solo unos ni–os, pero Arman cuenta con una ventaja: puede transformarse en todos los animales que toca.